BASES CIENTÍFICAS DE BIODANZA por la facilitadora Maria Marinaro Colonna
Creo que es importante para los lectores y para quienes tengan interés, conocer porqué Biodanza tiene cualidades terapéuticas.
Biodanza se desarrolló a partir del estudio de las emociones, la conducta y el movimiento humano. Su creador Rolando Toro Araneda, desarrolló el modelo teórico de Biodanza a partir de la integración de diversas teorías psicológicas, filosóficas, antropológicas y sociales.
Biodanza como formación profesional dura 3 años y medio aproximadamente, y comprende el estudio en profundidad de:
Aspectos Fisiológicos: conocimiento del funcionamiento de los sistemas Nervioso Central y Periférico, Endocrino e Inmune, su interrelación con las emociones y sus repercusiones en los estados de salud de la persona. Neurociencia del poder sanador de la música y el movimiento expresivo emocionado.
Aspectos Psicológicos: estudio de las teorías del desarrollo psíquico de Freud, Jung, Reich, López Ibor, Bion, Spitz, Carballo, Lacan, Piaget, Gessel, Hillman, Hoffman, Groff, Claudio Naranjo.
Antecedentes Míticos y Filosóficos de la sanación, la danza y la música Identidad e Integración de la persona
Estudios generales de: Teorías sobre la Estructura y organización del Universo, Teoría del Caos y Fractales, Etica, Antropología de la Danza y la Sanación.
El Contacto y las Caricias: Fundamentos teóricos de las terapias de contacto
Vitalidad, Afectividad, Creatividad, Sexualidad, Trascendencia del ego
La Vivencia: el aquí y el ahora de la experiencia vivida y sus efectos sanadores.
Metodología para la preparación de clases de Biodanza.
Aplicaciones de Biodanza: para niños, personas con diversas discapacidades físicas, Biodanza Clínica (enfermos mentales, Parkinson, Anorexia y Bulimia, Deficiencias Motoras o Sensoriales)
Para muchos de ustedes probablemente sea conocido el discurso de la unidad entre mente, cuerpo y espíritu. No sólo es esta una unidad metafórica y hasta poética, como lo es también real, y la metodología de Biodanza está enfocada en trabajar desde esta unicidad o mismidad.
Hay muchos estudios científicos, algunos de ellos con premio nobel de ciencias (Ej. Candace Pert), que han comprobado como toda nuestra estructura se desarrolla a partir de nuestras experiencias emocionales ya desde el vientre materno y durante todo nuestro desarrollo.
Estos estudios muestran como las emociones van generando una huella orgánica en nuestro sistema nervioso, conformando redes neuronales con patrones que rigen luego nuestro modo de vivir la vida. También demuestran como las experiencias emocionales van siendo guardadas en el inconciente o sostenidas en la memoria y conciencia, dependiendo de lo dolorosas que esas experiencias hayan sido para la persona. Todo va sucediendo simultáneamente: nuestras experiencias emocionales, nuestros patrones neuronales, emocionales y de conducta, y nuestro vínculo consciente con la espiritualidad. Por ello hablamos de mismidad.
Es a la luz de esta mismidad, y al hecho de la inclusión casi nula del trabajo de cuerpo por parte de psicólogos y psiquiatras, que Biodanza manifiesta su potencia como vehículo terapéutico. Así como desde las experiencias emocionales tempranas se fueron creando todos los patrones antes mencionados, desde la generación de nuevas experiencias emocionales, podemos, a través de Biodanza, ayudarnos a crear nuevos patrones. El hecho de involucrar directamente al cuerpo cargado de emoción mediante el movimiento inspirado por la música, el encuentro y la caricia, en vez de quedarnos solo con el uso de la palabra como recurso, da profundidad, potencia y nuevos recursos a las personas que estén buscando resolver toda gama de conflictos humanos.
El cuerpo no es algo que poseemos, sino lo que de hecho somos. En el cuerpo son posibles todas nuestras experiencias, y en él quedan grabadas. Mover el cuerpo es mover las viejas estructuras que ya no nos sirven, y descubrir nuevas posibilidades tanto de movimiento como de experiencias internas. Einstein dijo que para él la locura era tratar de tener resultados nuevos haciendo siempre lo mismo. Llevamos años solo hablando y pensando, lo cual nos ha conducido hasta donde estamos en este momento. Es importante incluir al cuerpo para expandir nuestra conciencia y adquirir más adelante experiencias espirituales trascendentes y constructivas, en la que volvamos a reconocernos como parte de un todo que bien nos haría aprender a cuidar, respetar y nutrir.
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